Madres y padres en ajedrez

INTRODUCCIÓN

“Solo hay dos legados duraderos que podemos dejar para nuestros hijos. Uno de estos son raíces, el otro, alas.” Hodding Carter

El apoyo de madres y padres es esencial para el desarrollo socioemocional de los jóvenes. En el deporte, ese apoyo es fundamental para que los jóvenes puedan gestionar de manera adecuada los logros y las derrotas. 

El ajedrez es un deporte altamente complejo donde intervienen factores físicos, técnicos y psicológicos en, prácticamente, todas las fases de la partida. Es conveniente, como madres y padres de ajedrecistas, que nos interesemos por el juego en sí, que nos informemos acerca de las particularidades del mismo e, incluso, que aprendamos a jugar.

Esto nos ofrecerá una experiencia más cercana y realista sobre la complejidad de este deporte y nos ayudará a comprender algunos de los estados que atraviesan los jóvenes antes, durante y después de una partida.

Los padres y madres son un pilar esencial en el desarrollo deportivo de los jóvenes. Brindan apoyo, motivación, confianza o recursos para que la práctica sea adecuada.

Sin embargo, en ocasiones, se cometen algunos errores que pueden repercutir negativamente tanto en el rendimiento deportivo como en el beneficio personal que este aporta a los más jóvenes.

LOS MÓDULOS DE ANÁLISIS

Uno de los principales problemas que se están viviendo en la actualidad tiene que ver con el uso de los módulos de análisis: potentes programas de ordenador que calculan varios millones de jugadas por segundo. Para la gente que no ha competido estos programas pueden dar una idea equivocada sobre el deporte en cuestión.

Se puede tener la sensación que realizar las jugadas del ordenador es sencillo. Sin embargo, esto no es así. Existen muchas posiciones donde el ordenador propone jugadas que para un humano es prácticamente imposible realizarlas.

Además, y esto es imprescindible que lo tengamos en cuenta, el ordenador no está viviendo la tensión de la partida: él calcula, compara y decide. En una partida entre humanos, todo es mucho más complejo y suelen entrar en juego el factor emocional o psicológico. Me gustaría exponer dos ejemplos.

El módulo puede ser un excelente apoyo si se sabe utilizar, pues ayudará en el cálculo concreto y “detectará” los errores de bulto. También nos puede mostrar caminos insospechados y jugadas increíbles que funcionan en una determinada posición, a pesar de que la lógica y la intuición nos diga lo contrario.

Pero, mal utilizado, puede ser un arma fatal que genere una sensación de fracaso y sirva para mermar la confianza del deportista.

Las madres y padres de ajedrecistas deben tener especial cuidado con la utilización de los módulos, sobre todo, si se utilizan estos para indicarle las “jugadas correctas” a su hija o hijo una vez finalice la partida.

EL ENTRENADOR

La figura del entrenador, como en cualquier deporte, es fundamental. La labor del entrenador va a consistir en conocer profundamente el juego del deportista y en guiarle para que mejore su técnica y sus cualidades.

En las primeras etapas de aprendizaje va a marcar el ritmo conveniente para que el deportista aprenda y pueda superarse partida a partida. En etapas más avanzadas, será también quien observe los principales obstáculos que inciden en el rendimiento y quien proponga programas realistas para su superación.

La comunicación de madres, padres y el entrenador será un pilar fundamental para el crecimiento de los jóvenes ajedrecistas.

LA PREPARACIÓN

En los últimos años asistimos a un perfeccionamiento cada vez mayor en nuestro juego, principalmente, en lo que se refiere a las aperturas y su preparación. Es muy común en cualquier competición observar multitud de entrenadores personales que asisten a jóvenes deportistas.

Dedican algunas horas a la preparación de las primeras jugadas para afrontar con mayor éxito la próxima partida. El hecho de ir preparado a la partida, genera una confianza en el deportista muy importante de cara a la partida y, posiblemente, aumente sus probabilidades de éxito. No obstante, la apertura solo es una fase de la partida y no son muchas las partidas que se deciden en ella.

Existe, también, otro punto fundamental en este entramado: el trabajo previo del deportista. Aunque la preparación es necesaria, también lo es el trabajo que el chico haya realizado en los meses anteriores y su conocimiento sobre el ajedrez en general, pues puede ocurrir que una vez finalizada la apertura y, aunque haya quedado con clara ventaja, no sepa mantener esta ventaja o jugar esa posición como se debería.

Y, ¿es esto problema de la preparación? En absoluto. Estos posibles errores mostrarán un camino para mejorar y seguir creciendo como deportistas.    

MOTIVANDO NEGATIVAMENTE

• “Creo que como no estudies más, no llegarás a nada.”
• “Si no quedas entre los X primeros, no vendremos más a este torneo.”
• “Hacemos un gran esfuerzo económico para que juegues bien y no lo haces.”

Estas son declaraciones, que he escuchado en más de un torneo, se caracterizan por la negatividad y en todas está implícitamente manifestado el fracaso. Algunas madres y padres de ajedrecistas (también lo he podido escuchar de entrenadores), piensan que esta es la manera correcta de motivar al deportista, de conseguir que este busque la superación y tenga un rendimiento adecuado. Nada más alejado de la realidad.

Esta forma de motivar genera una tensión excesiva en el deportista que se traslada inevitablemente a las partidas y lleva a un rendimiento deficiente, pues creará una ansiedad innecesaria difícil de gestionar.

RECOMENDACIONES

1. Preguntar

Es necesario que preguntemos a los deportistas cómo han vivido ellos la partida, cómo se han sentido durante la misma. Dejar que expresen cómo se han encontrado y que lo verbalicen es un punto crucial en el crecimiento del jóven.

2. Ir más allá del resultado

Nuestros chicos están en un momento de desarrollo madurativo y, por tanto, debemos primar la actitud en su juego por encima de los resultados exclusivamente. Está claro que todos queremos un resultado positivo, pero estos no siempre llegan y las razones de ello pueden ser muy extensas para tratarlas en este punto.

Lo principal es que el chico aprenda en cada una de las partidas que juega y que tenga la sensación de que ha jugado lo mejor que ha podido. Habrá veces que el resultado sea positivo.

Otras, sin embargo, los resultados serán  negativo pero es fundamental remarcar que son en estos momentos en los que nos tenemos que reponer y extraer aspectos para trabajar y seguir mejorando nuestro ajedrez. 

3. Comunicación con el entrenador

Un último aspecto es la comunicación que tengamos con los técnicos que trabajan con nuestros deportistas.

Interesarnos por ver cómo se está trabajando y preguntar sobre la progresión y/o crecimiento del jóven es otro factor fundamental para el sano desarrollo. Debemos dejar trabajar al entrenador y confiar en su criterio.