Psicología del match (3)
Después de una tranquila séptima partida, ha llegado la tormenta en la octava. Parecía que la estrategia de Magnus de firmar tablas relativamente sin mucho esfuerzo en la séptima para quedarse con cinco partidas por delante donde él llevaría 3 blancas era una excelente idea para forzar y derribar el muro del ruso. Y, desde un punto de vista psicológico, nada se le puede reprochar pues a toda luz parece una buena elección, sobre todo si tenemos en cuenta que el noruego ha conseguido siempre buenas posiciones en blancas (en la tercera, de hecho, estuvo a solo un paso de ganar). Es fácil criticar decisiones una vez que se han producido los resultados, lo importante es medir cuales eran los factores relevantes cuando se tomó una decisión y cuánto de esa decisión tiene que ver con el resultado.
La octava (y ¿decisiva?) partida ha sido muy convulsa y ha ocurrido de todo. Ambos deportistas han tenido a los espectadores atrapados desde el comienzo.
Ha sido Magnus quien ha decidido cambiar de apertura y jugar 1.d4. Quería, como ya dejó claro en rueda de prensa en varias ocasiones, presionar más y más a Sergey y lograr (¡por fin!) la primera victoria del match. La partida se ha desarrollado por cauces más o menos lógicos y se ha llegado a una posición ligeramente favorable al blanco donde quedaba mucho por jugar. Sin embargo, no era del todo fácil el juego y Sergey ha conseguido una buena posición, con posibilidades de jugar una interesante posición de ataque.

Sin embargo, y siguiendo inexorablemente su estrategia para el match, Sergey Karjakin decidió realizar una serie de jugadas encaminadas a simplificar la posición y jugar de forma más sencilla, a pesar de que ello supusiera también darle ciertas “alas” al noruego. Pero a partir de aquí se ha podido comprobar que Magnus, como ya le sucediera en la quinta partida, está obcecado con la victoria y está tomando demasiados riesgos. Quizá, haya sentimientos encontrados en él. Por una parte, la frustración por no haber logrado vencer alguna de las partidas donde tenía ventaja; por otra, el ímpetu y el orgullo de sentirse en la obligación de demostrar que es mejor que el aspirante (no solo por el ránking de ELO, si no por juego y fuerza). Aunque esto solo es una suposición…
Lo cierto es que han llegado dos errores claros de Magnus. El primero de ellos (35.c5) no fue aprovechado por Karjakin, que dejó escapar una buena jugada (37. … Da4) para consolidar su peón de ventaja.

Pero parece que hoy no era el día del noruego y volvió a cometer otro error en una posición compleja. Ahora sí, Karjakin lo castigó.

Y así, la estrategia del ruso brillaba por vez primera en el match y se anotaba la primera victoria. Un hecho que para la mayoría de espectadores ha sido una sorpresa, pues aunque Sergey está de sobra capacitado para vencer, su estrategia conservadora hacía pensar que era difícil que esto sucediera.
Aquí tenemos la reacción de Magnus al darse cuenta de su error (que sería definitivo) en la jugada 51 tras la respuesta del ruso. Sin duda, un duro golpe.
There’s danger in over punching. https://t.co/AbpRxxp2Sf #CarlsenKarjakin pic.twitter.com/uKCM3ThUbG
— Olimpiu G. Urcan (@OlimpiuUrcan) 22 de noviembre de 2016
Las reacciones se han sucedido en multitud de mensajes en redes sociales. Destacamos uno del GM Jonathan Rowson, uno de los pioneros en tratar de manera innovadora, creativa y rigurosa el procesamiento de la información de un ajedrecista:
52…a2! Black wins.
A thoroughly impressive game.
I admire Magnus all the more. The will to win is also the will to lose.#CarlsenKarjakin— Jonathan Rowson (@Jonathan_Rowson) 22 de noviembre de 2016
Y, ¿qué pasará ahora?
Es complicado de vaticinar, al menos, por parte del noruego. Después de haber perdido varias oportunidades de ponerse por delante en el match, después de haber intentado presionar a Sergey durante horas y horas, después de haber arriesgado hasta pasarse de frenada, después incluso de ofrecerle posiciones a su rival para que le atacara o jugara posiciones de doble filo, es difícil adivinar cómo afrontará las próximas partidas. Psicológicamente está tocado, muy tocado. Y, además, la próxima partida jugará en negras.
Pero no todo son malas noticias para él, por supuesto. El día de descanso le puede venir muy bien. Si hubiera jugado otra partida mañana, es probable que las emociones estuvieran aún a flor de piel y quisiera una revancha por la vía rápida. Esto puede ser que le forzara a arriesgar aún más y, quien sabe, a cometer nuevos errores decisivos. Por esta razón, el día de descanso será importante para extraer conclusiones sobre cómo está avanzando el match, qué está sucediendo y cómo se está sintiendo en el mismo. A partir de ahí, generar una nueva estrategia para las próximas partidas. En el plano psicológico, es importante realizar deporte y disfrutar del aire libre. Desconectar durante unas horas de lo que está pasando y evadirse. Pero no menos importante es que el noruego mantenga la calma, la serenidad que le ha acompañado en los últimos años. Tener preparados algunos vídeos sobre momentos importantes en la historia del deporte (no solo del ajedrez) le ayudará a conectar con la sensación de éxito, con esas ganas de luchar y pelear. Y, por supuesto, hablar con él para que pueda expresar lo que sucede y delimitar juntos qué se va a hacer: qué ha pasado, cómo me siento, qué voy a hacer, cómo lo hago. Generar soluciones y confiar plenamente en uno.
En cuanto a Karjakin, parece todo más sencillo. Y no lo digo porque haya ganado esta partida, si no porque en ningún momento se ha desviado un ápice de su estrategia. Y, además, ahora le acompaña el marcador. Continuará empleando la misma estrategia conservadora. Aunque esto también atañe un peligro: ser excesivamente cauto cuando se está por delante en el marcador y se tiene la sensación de estar al alcance del objetivo, te puede llevar a sobrevalorar los peligros y cometer errores por la focalización en tareas defensivas o pasivas. Deberá tener cuidado con ello.
En breve, se disiparán alguna de nuestras dudas.