Reseña Congreso online de ajedrez educativo
La pandemia nos ha obligado a reinventarnos en diferentes esferas de nuestra vida porque ha cambiado, de una u otra forma, nuestro día a día: ha modificado nuestras relaciones personales, ha limitado nuestros movimientos o la manera de cuidar a nuestros mayores. Y, como no podía ser de otra manera, ha afectado también nuestra vida profesional. De pronto, nos hemos visto abocados a utilizar herramientas que estaban a nuestro alcance, pero con las que no estábamos familiarizados. Hemos accedido a nuevos elementos que nos han permitido acercarnos, de un modo diferente, a mucha gente. Y, además, hay que señalar algo que ocurre habitualmente en periodos complejos y dificultosos: las personas se lanzan a apoyar, de una manera desinteresada pero profesional, aquellas actividades que les apasionan.
Disculpen esta extensa introducción que quizá poco tiene que ver con el ajedrez, pero que seguro ayudará a entender lo ocurrido un 12 de diciembre de 2020. Porque hay que señalar que lo vivido ese día es un momento de inflexión en el ajedrez desde muchas miradas. A través de la red de redes, pudimos disfrutar con aportaciones al ajedrez, y para el ajedrez, desde el arte, la lengua, las matemáticas, la didáctica, la filosofía, el juego, la plástica, la poesía, la psicología, el deporte, la educación… es decir, desde prácticamente cualquier prisma existente.
Los números dan cierto vértigo: más de 30 mesas de debate con sus más de 120 ponentes, y sus respectivos moderadores. Cientos de participantes siguiendo en directo los conversatorios que, con una duración de una hora, fueron lanzando multitud de propuestas concretas para llevar a los diferentes espacios. Se fueron apuntando reflexiones que quedaban flotando en el aire y que necesitarán un tiempo para bajar a terreno firme. Muchas ideas cruzadas que hacían disparar las mentes y buscaban la conexión desde la que crecer juntas. Son muchas las sugerencias que te llevas para meditar pausadamente, para que este congreso internacional y online, no sea un congreso más si no el congreso más importante hasta el momento en la historia reciente del ajedrez. Por el tamaño, por la calidad de los ponentes, por el público asistente y por la eficiencia organizativa.
Hay que destacar que no solo asistieron como ponentes personas de referencia en el ajedrez como Leontxo García, José Antonio Garzón, Sergio Negri, Esteban Jaureguízar (del que hablaremos más adelante), Diego Rasskin, Damaris Abarca, Alejandro Oliva, Lorena García, Javier Caramia, Marcelo Reides, María Rodrigo, Manuel Azuaga, Miriam Monreal, Francisco J. Fernández, Pep Suárez, Álvaro van den Brule, Roberto Ferriz, Adriana Salazar… y un largo etcétera que, espero, me perdonen no pueda citar aquí a todos. Si no que nos deleitaron con su presencia personalidades de una relevancia internacional abrumadora como los pedagogos Mar Romero, Javier Bahón, Manuela Lara, Imma Marín o Nilia Viscardi, o el multifacético artista Eduardo Scala, entre otros. Como dije, una nómina impresionante y sin parangón posible hasta la fecha. Puedes consultar todos los ponentes y mesas del congreso aquí: WEB DEL CONGRESO
El funcionamiento del congreso consistió en mesas con uno o dos moderadores, donde tres o cuatro ponentes iban respondiendo preguntas o debatiendo entre ellos. Sin duda, un completo acierto pues esto permitió algunos intercambios muy constructivos y enriquecedores para todos. El público que seguía el evento en directo, podía realizar las preguntas que considerase oportunas y los moderadores iban integrándolas al debate. Lógicamente, no se contaba con un tiempo indefinido y algunas inquietudes del público quedaron en el tintero. No obstante, muchas de ellas se responderán en los próximos días, a fin que todos puedan recibir una breve explicación o sugerencia a sus aportaciones. Hay que destacar otra cosa que me pareció muy importante, y es el respeto al tiempo asignado por mesa. Normalmente, con la euforia y emociones del momento, los tiempos en los congresos se pueden ir por decenas de minutos que hacen retrasar todo y pueden generar cierto estrés o caos. En este congreso, no obstante, no sucedió nada parecido y todas las salas empezaron y terminaron puntuales. Además, todos los debates quedaron grabados y serán publicados en un futuro próximo, a fin que todo el mundo los pueda disfrutar.
Pero, ¿y quién está detrás de semejante locura maravillosa? Pues Esteban Jaureguízar y su equipo, que realizaron un trabajo fantástico. Esteban es un apasionado del ajedrez, un estudioso, diría, de casi cualquier juego escaqueado y, además, una fuente inagotable de creatividad. Si mezclas estos ingredientes, encontrarás a una persona que genera innumerables recursos, vínculos y conexiones con multitud de personas y, en fin, alguien a quien la actividad intelectual y la reflexión le llevan a crear infinitos mundos. Solo una persona con tantos y tantos amigos y amigas, podía atraer con su entusiasmo a tantas personas juntas. Y, además, con un cuidado sobre los detalles, extraordinario. Esteban, como se escuchó una y otra vez en todas y cada una de las mesas, es el verdadero “alma máter” de este congreso. Inmensamente agradecidos.
Y ahora, ¿qué hacemos? Como suele suceder en estos momentos cuando una actividad intensa llega a su fin, se queda la sensación de vacío. Pero no de un vacío hueco, insípido, si no más bien lo contrario: un vacío fértil, un lugar desde donde poder asentar todas aquellas ideas vertidas en el congreso y poder pensarlas, meditarlas, reflexionarlas con sumo cuidado, jugar con ellas al fin. Porque, ¿no es el juego el principal motor de saber, conocimiento y aprendizaje del ser humano? ¡Pues juguemos hasta una próxima edición de este increíble congreso!
Mi enhorabuena a la organización. Y mi agradecimiento infinito por contar conmigo. ¡Hasta la próxima!