Toma de decisiones en ajedrez

INTRODUCCIÓN

“Quién nunca asume un riesgo, nunca ganará una partida de ajedrez.” Paul Keres

Le invito a que me acompañe en este pequeño viaje por el mundo de la mente de un ajedrecista. Tanto si juega habitualmente como si no lo hace, me gustaría que se imaginara en la siguiente situación:

Estamos en el Campeonato de Europa Individual, en la ciudad de Jerusalén, en marzo de 2015. Es la ronda 10 y solo falta una partida más para terminar el torneo. Nos encontramos en la jugada 44 donde es el turno de las blancas.

El blanco puede comer la torre negra pero, ¡cuidado! pues también su torre en d1 está amenazada y si se la comen ¡será mate! En este momento, comenzaremos a analizar los jaques para que las negras no se puedan comer nuestra torre.

Tal vez también podríamos llegar a evaluar apartar la torre. No obstante, puede resultar amenazador ver ese peón negro acompañado por su dama tan cerca de nuestro rey. ¿Qué hago?

En esta posición, el blanco realizó una de las jugadas más bellas de la historia del ajedrez: 44.Rg1!! apartó su rey y dejó que le comieran en jaque revelándose no solo como la más espectacular jugada, si no la mejor de la posición.

Después de que el negro comiera la torre, en unas pocas jugadas más, se evidenció que el rey negro se encuentra en una red de mate.

Les invito, por última vez, a realizar el mismo ejercicio. Volverán a ser las piezas blancas que deben mover en la siguiente posición:

Aunque el negro tiene un alfil de más, la expuesta posición del rey negro hacen pensar lo peor para su bando.

Parece que el blanco tiene varias jugadas para ganar en esta posición, así que Tomczak (el jugador de blancas) se dispuso a rematar la partida con 35.Te6 a lo que Anand (jugador de negras) jugó 35. … Dxe6! y el blanco se rindió, pues si comen la dama negra, el alfil se sitúa en e4 y hace mate!!!

En lugar de 35.Te6, el blanco debió jugar primero Dh6+ y después seguir con Te6.

¿Cómo puede ser que en el primer ejemplo el ajedrecista haya calculado y valorado con la profundidad y precisión que lo ha hecho y en este segundo ejemplo se le escapa una sencilla captura?

TOMA DE DECISIONES EN AJEDREZ

El papel de las emociones

Tomar decisiones, incluso en ajedrez, no es un acto exclusivamente cognitivo o racional sino que se ve influido de forma notable por el estado anímico del deportista, por sus miedos, temores, por la confianza que tiene en sus propias en sus posibilidades o en las de sus compañeros de equipo o entrenador, por sus preferencias personales, por la presión del ambiente, o de sus propios compañeros de equipo, o de percepción del riesgo que pueden conllevan dichas decisiones, entre otras posibilidades.

El autor Jonathan Rowson afirma que “hay razones para pensar no solo que su capacidad para conocer y utilizar sus emociones es tan importante como la forma en que piensa, sino que los dos conceptos, pensamiento y emoción, están inevitablemente unidos”.

Incluso en una reciente investigación publicada en la revista Cognition, María Juliana Leone y su equipo han podido constatar que durante la mañana, los jugadores juegan más lento y mejor (utilizan más tiempo y la calidad de las decisiones es más alta) y, más tarde, las decisiones se vuelven más rápidas y de menor calidad.

ENTRENAMIENTO PSICOLÓGICO

El tiempo como factor determinante en la toma de decisiones

Es evidente, si tomamos como punto de partida las posiciones del inicio, que el ajedrecista no solamente toma decisiones de manera racional.

Entre todos los factores que influyen, el tiempo es sin duda uno de los más decisivos. Muchos ajedrecistas tienen serios problemas sobre cómo gestionar su tiempo, en qué momentos es realmente determinante utilizarlo o donde no lo va a ser.

En el trabajo psicológico con los jugadores, este es uno de los aspectos más importantes y complejos, pues estamos hablando de multitud de eventos internos que, además en muchas ocasiones, los propios jugadores no son conscientes o no están entrenados para darse cuenta.

Desde PsiChess estamos creando multitud de materiales para ayudar en el desarrollo de la toma de decisiones de los ajedrecistas: el entrenamiento en situaciones que el ajedrecista se va a encontrar posteriormente puede resultar decisivo a fin de que este desarrolle control sobre la situación.

Una de las críticas más habituales entre padres y entrenadores a los ajedrecistas más jóvenes es que no consumen el tiempo suficiente para pensar o que no están atentos a lo que está pasando en la partida, por citar solo un par.

Sin embargo, lo que nos hemos encontrado con ajedrecistas menores de 11-12 años es que, muchos de ellos, no saben sobre qué pensar en una partida. El tiempo lo utilizan para ver qué ocurre si hago esta o aquella jugada, que respuesta tiene el rival y cual le harán ellos. Puro cálculo.

Pero, ¿qué ocurre si en la posición hay tantas alternativas y tan parecidas que es imposible calcular? Muchos de ellos solo saben calcular, pero en las posiciones donde hay tantas alternativas, se pierden y consumen mucho tiempo. Pensar es complejo, sobre todo si no se sabe sobre qué pensar.

Uno de los materiales que elaboramos conjuntamente con los entrenadores es la elaboración de pequeñas hojas de registro que los alumnos deben valorar cuando se encuentran con una posición.

Deben ver esta hoja que tendrán encima de la mesa y que les va a señalar sobre qué deben pensar. Les sirve de guía y les ayuda en el proceso de construcción del pensamiento.